domingo, 20 de febrero de 2011

José Romero; As del Ciclismo

La historia del ciclismo caroreño está rodeada de las mejores conquistas del deporte y avaladas por las incansables luchas que durante más de cincuenta años han desplegado los hombres que con su singular brillantez labraron los capítulos más espectaculares de nuestras grandes competencias ciclísticas.
Hoy queremos dejar testimonio que al conjuro de los mejores recuerdos de un José Romero, un Hernán Campos, un Jesús Álvarez (El Cambao), Orlando Pérez, Juan Bautista Pérez, Carlos Pérez, Orlando Yepez, Cristóbal Millán y muchos más que están retirados o aun mantienen ese espectáculo en las Categorías Máster como glorias del ciclismo, que conformaron y aun conforman aquella masa ardiente de atletas caroreños cuya caza de sueños se encuentran en loas distancias del pensamiento vivo y eficaz del pasado, en una época de oro que tuvo un matiz definido en cuanto a los pasos de esfuerzo que desarrollamos por la conquista de una corona, un premio o un hermoso trofeo. Esa era la visión en el corazón deportivo de un atleta, lleno de tensiones, con sus angustias, pesares, alegrías y encantos de una “profesión” que solo la puede entender aquel que la vive, la sueña y la comparte en lo más intimo de su alma, en su maravilloso corazón de ciclista, de atleta de alta competencia. Esa emoción de compartir es indescriptible al observar como las masas del público concentran sus miradas sobre los hechos que le dan vida a un clásico ciclístico, ese mundo, ese universo de los piñones y de las bielas está cargado de esos sentimientos que involucran a toda una fanaticada, a una comunidad en un solo rumbo, en una mirada capaz de levantar los ánimos más escondidos en el corazón de un ser humano. Es como domar las dimensiones al placer de una gran batalla de hombres cuyas únicas herramientas de guerras son dos ruedas, dos piernas y un solo corazón cargado de amor y coraje, condiciones y fuerza armónica en el pedaleo por conquistar la meta anhelada. El crujir de los piñones y de las bielas necesita mirar atrás y atrapar el calor de entrega que existió en los corazones de aquellos atletas que partieron y de los pocos que aun seguimos aquí. El ciclismo caroreño debe seguir adelante, la liga de ciclismo del municipio tiene la orden, la misión de seguir ese largo y tortuoso camino con sus jóvenes triunfadores, esa es la meta. Sobre todo, entendemos que no es cuestión de pasiones, ni de dinero o de creencias absurdas sacar a flote un evento de ciclismo; solo debemos tener confianza, en lo que representa el confiar en pueblo luchador, en su gente, en sus patrocinadores y en un deporte cuya historia nos hace recordar las mejores emociones, las mejores sonrisas y los mejores llantos de sufrimientos para sacarle frutos a la experiencia, con los mejores mensajes, con las esencias de los pioneros, con el aroma de nuestros ancestros y volver nuevamente al romanticismo, añejo y querido por todos. Sólo con esto, bastará para iluminar una vez más el asfalto caroreño.
Son muchas las historias que se pueden palpar en nuestro ciclismo a lo largo de toda una vida, como la vida que soñaron aquellos pioneros: Ángel Ramón Pernaletes, Amatto Concetto y Antonio Perrotta que brindaron sus vidas con el ciclismo, con alto humor.
José Romero formó parte de los inicios de una gran fiesta que recuerda las primeras victorias en el concierto de los grandes clásicos locales, estadales y nacionales del ciclismo, una pasión que nos acompaña siempre, desde aquel día glorioso en que nuestro muchacho, un joven de 18 años de edad, nacido en Rio Tocuyo, debuta en la Liga Ciclística Caroreña, luciendo sus grandes condiciones de rutero, un novato que fue una de las más grandes revelaciones en el ciclismo, a tal punto que el 18 de Julio de 1966, con orgullo y gallardía el ídolo de los aficionados caroreños, pasa a formar filas en el glorioso equipo rojo del Estado Lara en la IV Vuelta Ciclística de Venezuela, con Osman Pulgar en la Dirección Técnica.
Este muchacho, hizo un debut maravilloso e inolvidable, conformó  el equipo campeón dela vuelta, fue electo el Mejor Ciclista Novel de Venezuela por el circulo de cronistas deportivos, ganó la contra-reloj Ospino-Guanare en su 7º etapa, donde se colocó en su pecho el Maillot Tricolor, como líder individual , comandando la clasificación general por varios días. Codeándose con los grandes del ciclismo tales como Félix Bermúdez, Nicolás Reidtler, Fernando Fontes, Luis Villarroel, Santos Bermúdez y Vicente Laguna. En víspera de la etapa más importante para el caroreño Romero, la cual era llegar a Carora como líder vestido Maillot Tricolor en la décima etapa Valera-Carora que fue ganada por Ibrahim Daza, lamentablemente el día anterior, en la novena etapa recorrida entre Boconó-Valera se perdieron las esperanzas y el sueño de José Romero de entrar de líder en su territorio querido, una mala acción de su equipo técnico lo privo de ello. José venia escapado con tres minutos de ventaja sobre sus más cercano perseguidor, cerca de Flor de Patria, tuvo la mala suerte de un pinchazo, lo que lo obligó a esperar la ayuda del motorizado con el tabulador de repuesto, que llegó pero demasiado tarde, en esta espera perdió más de 15 minutos, en definitiva aquí se perdió todo… al día siguiente, con valor y pa’ lante llegó en el octavo puesto comandando el pelotón a la llegada de Carora el 27 de Julio de 1966. El recibimiento fue apoteósico, una gran cantidad de publico plenó las laterales  de la meta, en la Av. Francisco de Miranda, frente a la Plaza Lara. Por la noche, en el auditorio del grupo escolar Ramón Pompilio Oropeza, el presidente de la Liga de Ciclismo del Distrito Torres, Secretario y Tesorero, Amatto Concetto, Ángel Ramón Pernalete y Antonio Perrotta respectivamente, se hizo la entrega de trofeos y premios en una interesante e inolvidable ceremonia.
En acto de justicia, Carora siempre contó con estos magníficos luchadores del ciclismo, que fueron dirigentes que en todo terreno demostraron su clase innata, de envergadura avalada por su larga trayectoria deportiva, forjadores de grandes deportistas, a los cuales les rendimos tributos por su parte, del historial fascinante que se vivió y seguimos viviendo de aquellos mejores momentos, de las mejores conquistas del ciclismo caroreño.
José Romero, el novato de oro que a pesar de todo, al finalizar la IV vuelta ciclística de Venezuela del 18 al 31 de Julio de 1966 ganada por el pedalista del Distrito Federal, Félix Bermúdez, estuvo entre los diez mejores de la clasificación general.
José Romero con el equipo Lara, participó en varias vueltas a Venezuela, cerró filas con el “Droguería Lara” una institución dentro del movimiento ciclístico regional, con su principal mentor el Doctor Eduardo Zubillaga, caroreño de pura cepa, enamorado de tan prestigioso deporte, un gran deportista.
José Romero, gloria del ciclismo Larense, fue uno de los mejores de aquella época allí no había medida para el sacrificio, ni limites para las hazañas, desde el ángulo del esfuerzo, exigencias, coraje y el atrevimiento fue la mejor época del ciclismo de rutas acá en Carora y allá en Barquisimeto. Sin duda alguna.
          Nunca hubo un pedalista como él, habilidoso, inteligente, guapo, escalador que magnificaba las fugas en solitario, que tenia siempre, el olfato del triunfo y la seguridad de sí mismo que le hicieron pasear su innata clase en todo terreno, en su época de oro, en su mejor y debido momento a los que lleno de gloria. Actualmente es un exitoso empresario de productos farmacológicos, gran colaborador del ciclismo, su gran pasión. Sigue siendo un gran caballero, humilde, servicial y generoso de mano abierta para los amigos. Un buen ciudadano que ha marcado huellas transcendental en el libro de oro del ciclismo Larense.    

1 comentario:

  1. Vi participar a José Romero en varias competencias en Barquisimeto. Recuerdo que participó en los Juegos Panamericanos realizados en Winnipeg Canadá,con ciclistas de la talla del famoso campeón colombiano Martín "Cochise" Rodriguez. No sabía que había nacido en Río Tocuyo, lugar vecino a mi terruño Carora. Eso me alegra mucho. Gracias por la nota. Rafael G. Avila Meleán 21/07/2020.

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