domingo, 8 de mayo de 2011

LOS TROVADORES CAROREÑOS II

Los Trovadores Caroreños fueron los primeros y los últimos exponentes de nuestra música. Impulsaron, fortalecieron y mantuvieron, por más de ocho décadas, la canción Caroreña. Con sus grandes aportes hicieron posible el desarrollo de nuestra cultura musical. Un sueño, una lucha que comenzó un 21 de Enero de 1932 y culminó el 06 de Octubre del 2009. Alfa y Omega de  los dúos y tríos Caroreños que en  sus orígenes, al son de guitarras y requintos tenían que tocar a la sombra de los árboles. Se educaron musicalmente gracias al proyecto de Nelson Pérez y Ali Suarez K., no solo formaron músicos, sino mejores personas y mejores ciudadanos.
Nacieron Los Trovadores Caroreños en una época marcada por una situación económica, política y social decadente y explosiva,  por el analfabetismo, las enfermedades endémicas, el atraso, la miseria, la pobreza… Era la época del Gobierno de Juan Vicente Gómez, la mayor parte de los presidentes de Estados formaban el grupo de oficiales que acompañaron a Gómez en las expediciones militares, en quienes tenía una gran confianza, algunos compañeros de la Revolución Restauradora y en menor numero comerciantes, ganaderos o hacendados, a quienes había incorporado a su gobierno (1908 – 1935).
Carora conoce muy bien las guitarras y las voces de  Los Trovadores Caroreños; cada uno de sus integrantes, desde sus fundadores hasta sus últimos cantores, Wiston Pérez y Campo Elías Pérez Crespo, desaparecido físicamente, tuvieron el privilegio y el buen gusto de buscar, en el rico cancionero popular, lo más agradable y tal vez lo más espiritual con canciones propias y de otros  autores nativos,  cantores del alma popular de los pueblos. Afortunadamente, quedaron grabadas estas canciones, especie de mosaico musical, donde figuran piezas folklóricas populares, siempre reunidas atendiendo el  buen gusto y el sentimiento que fue orientación estable en su trabajo musical. Los Trovadores Caroreños en la larga etapa de sus vidas, eran dueños de una sensibilidad extraordinaria, anduvieron recorriendo la vida, haciendo sonar las cuerdas de sus guitarras y cantando, en ellos se podía apreciar lo que es la inteligencia popular y el misterioso don de la sensibilidad. Dueto acreditado por sus actuaciones en teatros, cines, radio y televisión y fue por eso que lograron sensibilizar la circunstancia artística, y colocarse en el puesto de honor como el que durante muchos años mantuvieron. Cantores de la bohemia, nacieron con el don y la gracia popular, juntos iban siempre hombres, guitarras y canciones, hermanados por la sangre y una vocación y amor extraordinario por la música.  Al estudiar el panorama musical de Venezuela, las canciones que cada región pudo aportar en esto de la música, el Estado Lara es la fuente más rica y eso es un privilegio, un orgullo, de aquí son los más grandes guitarristas cultos que tiene el país y de aquí también son los mejores duetos, que tuvieron el valor imponderable de haber estado integrados por artistas vocacionales.
Los Trovadores Caroreños, desde sus raíces, estuvieron conformados por vez primera por Ali Suarez K., quien nació en Barrio Nuevo el 12 de Abril de 1916, falleció en accidente automovilístico el 18 de Octubre de 1953, a la temprana edad de 37 años. Hijo de Blanca Caldas y del Maestro de Música Zabulón Suárez.  Nelson Alfredo Pérez, nació el 09 de Junio de 1915 en el antiguo Barrio, conocido como El Terreno, hijo del General Juan de Jesús Blanco, oriundo de San Cristóbal, estado Táchira y de Edecia Pérez, nacida en Upata, Estado Bolívar, residentes del pueblo de Rio Tocuyo. Nelson Pérez, murió en Carora el 28 de Agosto de 1988, sus hermanos fueron Campo Elías (Río Tocuyo,11-02-1917 – Caracas, 20 -05-1996, Célica Pérez de Oropeza, Alí,  Régulo y Arévalo Pérez.
Nelsón Alfredo Pérez, luchador social, fundador del partido comunista, locutor, músico, compositor, comerciante, contrajo nupcias con la muchacha de sus sueños, su eterna inspiración: Cleofina Crespo, procrearon 15 hijos, ocho mujeres y siete hombres, hijos legítimos que heredaron la tradición musical, aparte de que fueron destacados profesionales universitarios, docentes, deportistas y músicos entre quienes se destacaron Tania Pérez, Reina del Deporte Larense, Reina Nacional del Deporte 1.967, Célica Pérez Crespo, Nadia, Irina, Mirla y Hernolaiba, solistas del Orfeón Carora, integrantes de la orquesta sinfónica, hoy día docentes de la música clásica de salón.  Campos Elías y Wiston Pérez Crespo, últimos integrantes de los Trovadores Caroreños, quienes juntos a su hermana Célica, hicieron y grabaron para la posteridad un total de diez long – play, editando en CD con bellísimas canciones, que sirven como testimonio y a la vez de homenaje a quienes dieron toda su vida, talento y sensibilidad de grandes artistas para impregnar la existencia de un pueblo, en la nostálgica serenata del recuerdo. Como los grandes artistas, que aún desaparecidos físicamente, continúan en contacto con su público, así sucede con los Trovadores Caroreños.  La fortaleza creativa de Nelson y Campo Elías Pérez se pone en evidencia con sus más sentidas composiciones que lograron crear, reunir y cantar durante muchos años de trabajo y emocionado sacrificio, donde volcaron lo mejor de sus afectos para con su lar nativo y divinamente en la belleza, eterna y exquisitamente hermosa de la mujer caroreña, motivo de un canto a la vida, digna representante de la Carora mía. He aquí un compendio de las más hermosas canciones inmortalizadas en las voces de Nelson, Célica, Campo Elías y Wiston Pérez.

Historia Musical de Los Trovadores Caroreños
            De sus diez LP grabados  extraemos  las canciones  más conocidas de autores suramericanos y nativos: Raudo Vuelo, Limeña, La Flor de la Canela, Visiones, Atardecer Larense, Improntus, Mi Adoración, Mi Morena, Felicita, Noches Caroreñas, Como Ave sin Rumbo, Dime Porque. Tonada Caroreña, Rio Tocuyo Gentil, A Mi Madre, Amor y Amistad, Dos Canciones, Canto a Carora, En Mis Sueños, Luna del Arrabal, Barrios Caroreños, Canto a tus Ojos, El Reencuentro Caroreño; que fueron sus mejores obras musicales
Cuando muere Alí Suárez K.; Nelson Pérez hizo un alto en su camino, años después invitó a su hermano del alma, Campo Elías Pérez, gran guitarrista, compositor y tenor, el dueto se mantuvo por espacio de varios años, tiempo después.  Campo Elías se marcha a Caracas, donde se casa y decide residenciarse para siempre, sin olvidar su terruño querido. En la década de los años sesenta, emergen los Trovadores Caroreños con el viejo Nelson Pérez y sus jóvenes hijos, sangre joven que viene a darle al grupo una larga vida musical. Cuando muere el maestro fundador de los Trovadores Caroreños, Nelson Pérez, en el año 1988 sus herederos, Campo Elías, Célica y Wiston Pérez Crespo, continúan con el glorioso despegue definitivo, en la era moderna de los Trovadores Caroreños, después de haber actuado a lado de los grandes tales como Pedro Vargas, Pedro Infante, Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas, Andrés Cisneros, el dueto Espín – Guanipa, Enrique Pérez Díaz, Luis Cruz Barragán, Rodrigo Riera, Lolo y Chey Carrasco, Alexis Riera, Hermanos Gómez, Hermanos Crespo, Trío Curarí, Adilia Castillo, Berta Medina, Pastor Jiménez, Marcial Perozo, Cándido Herrera, Pablo de Lara, Alfredo Sadel, Valentín Carucí, Chelejandro García, Jesús Ávila, Roberto Ocanto, entre otros.
Desgraciadamente el destino cortó la vida del artista, la voz lírica del dueto Campo Elías Pérez Crespo, el 06 de Octubre del 2009, a los sesenta y cinco años de edad, con la muerte del hijo pródigo marcó la terminación de los eternos y legendarios músicos que se llamarón con gran orgullo, Los Trovadores Caroreños.

lunes, 25 de abril de 2011

Los Trovadores Caroreños

Carora ha ostentado siempre como privilegio del cual se enorgullecen sus poblablores el haber dado magníficos exponentes de la música y el canto. Sin remontarnos demasiado hacia el pasado glorioso, bastaría citar solamente algunos que supieron brillar con meritos propios: Rodrigo Riera, Alirio Díaz, Ovelio Riera, Alexis Riera, Ruperto Santana Carrasco, Lolo y Chey Carrasco, Tino Carrasco, Pío Alvarado. Los trovadores Caroreños, los hermanos Crespo, Chemiguel Dorante, Ignacio Ramos Silva, Chus Ávila y Chelejandro García, Los Hermanos Gómez, Marcial López, los primos Pereira, Antonio Celeste, Alonso Zubillaga y José Armando Herrera, los de América, Antonio Mendoza, Tita Rosas, Evaristo Lameda, Rafael González, la Chía, Segundo Ignacio Ramos, Santiago Bravo, Valmore Nieves, Alavaro Álvarez, Alirio Camacaro, Hermes Alvarado, Marco Antonio Ramos Sosa, grupo Kurura, Orfeón Carora y muchos mas que señalaron el camino a las generaciones presentes, quienes son los genuinos cultores de la buena música en todo Carora, en Venezuela y en el mundo. Los trovadores Caroreños, con Nelson Alfredo Pérez y Ali Suárez Kaldas fueron pioneros de las grandes cruzadas artísticas caroreñas más allá del ambiente bohemio provinciano, habiendo logrado en este maravilloso afán, exitosas presentaciones en las ciudades más importantes del país.

Nelson Pérez y Alí Suárez K. hermanados de un mismo corazón, unieron sus voces, sus inspiraciones, sus talentos para recorrer el universo musical vernáculo.  Nelson Pérez fabrico su propia guitarra. Con sus propias manos en la carpintería “La Perla” famoso taller del maestro Sergio Torres, donde aprendió el oficio, junto al catire González, Rafael Castillo y los hijos del maestro Torres, Gabriel y Gualberto Torres.

Nelson Pérez comenzó a pulsar su guitarra bajo la tutela de la connotada guitarrista Modesta Quintero, quien lo encamino por el arte de la música. A comienzo de los anos treinta, Armando Dorantes organiza  una velada musical, en el restaurant “Los Zorroclocos” propiedad de su señora madre Julianita Suárez, allí, entre amigos y compañeros de la bohemia, de las serenatas participaron Epímaco González y el hijo del corista y músico Zabulón Suárez, Ali Suarez K.  Fue el primer encuentro entre estos  dos jóvenes, que poseían el don de unas maravillosas y melodiosas voces. Nelson y Ali se unieron en alma, corazón y vida, conformaron el mas famoso dueto que tuvo Carora en aquella época. Salieron a su primera serenata en el hogar de Don Pablo Evangelista Querales, situado en la calle Libertad entre las esquinas El Japón y La Bacoa, en Barrio Nuevo.

El 21 de Enero de 1932 con motivo de fiestas en la fraternal ciudad de Quibor, en honor a Nuestra Señora de Altagracia, fueron invitados a un encuentro beisbolístico del equipo “Sandino” BBC, quien se enfrentaría al equipo de Quibor, el famoso “Cub Lara” en un amistoso encuentro. Nelson y Ali que también eran muy buenos peloteros formaban parte del equipo local, embajada caroreña que  salio victoriosa y se le ofreció una fraternal recepción en el club deportivo “Pepe Coloma”. Nelson y Ali cantaron varas canciones del repertorio caroreño, ante lo cual el notable músico quiboreño, Maestro Juan Pablo Ceballos, al dirigirse a la gran concurrencia , los bautizo artísticamente como los “ Trovadores Caroreños” ese fue el origen de su denominación. Cabe destacar que Nelson y Ali anos mas tardes fueron peloteros fundadores del equipo Buenos Aires BBC. De regreso a Carora reciben el espaldarazo de Chio Zubillaga, cuyo respaldo y estimulo para los amigos de la cultura y las bellas artes, era altamente reconocido. Con la patente de corso firmada por Chio Zubillaga salieron a darse a conocer artísticamente  para las grandes ciudades, en Maracaibo debutaron en las emisoras locales Ondas del lago y Ecos del Caribe. Luego actuaron en Cabimas, Bachaquero, Tía Juana, lagunillas, Mene Grandes, Los puertos de Altagracia, donde sus actuaciones obtuvieron un grandioso éxito, muy solicitado y aplaudido por el público de la tierra del sol Amada y por la gran masa de Caroreños residentes de esas ciudades donde se desempeñaban en las labores obreras de las petroleras del Zulia. Esa gira fue tan éxito que empresarios zulianos los llevaron para actuar en Colombia, Todo eso fue un espectáculo musical inolvidable. Meses después actuaron en la Capital de la Republica, donde permanecieron casi un año, de continuas actuaciones en las mas prestigiosas emisoras capitalinas, donde tuvieron la oportunidad de conocer a los pioneros de la radiodifusión en Venezuela: Edgar Anzola, Gonzalo Veloz Mancera, Alfredo López, Reinaldo Gómez, Ricardo Espina, Luís Raymon, etc, haciendo grandes amistades con todos ellos, que en futuro venidero les servirían de puente para que Nelson Pérez y Ali Suárez K. incursionaran en el medio radial. Tanto Nelson como Ali obtuvieron sus títulos de locutores, Nelson fue director de Radio Carora y Ali fue propietario de Radio Universo en Barquisimeto, de Radio Acarigua. En el año 1953 Ali Suárez K. y el entonces capitán de Corbeta Ricardo Sosa Ríos, realizaban las primeras gestiones con miras  a instalar una emisora en Barinas, un fatal accidente automovilístico se lleva la vida de Ali Suárez K.

Para 1948, en la creación de Radio Carora a sus estudios acudían el talento vivo que animaba la programación diaria, con duetos, tríos, Solistas y declamadores nativos, Julio J. Montero y Edual Falcón fueron los primeros locutores locales, luego vendrían Toño Zubillaga, Nelson Pérez, Ali Suárez K. y Carlos José González.

El de Abril de 1950, estando Nelson Pérez  como director de la novel emisora local, su compañero y colega Ali Suárez K. asiste como representante  de radio Carora, a la Fundación de la Cámara Venezolana de la Radiodifusión, en la ciudad de Caracas, las 45 emisoras existentes para la época deciden fundar este organismo con miras a orientar y dar mejor impresión a la importante función social que cumple la radiodifusión en el país. La radio Carora, surge pues como expresión de la inquietud de un grupo de hombres visionarios, bajo el patrocinio de Gonzalo González. Sin duda, Nelson Pérez luchador social, Fundador del partido comunista, locutor, músico, compositor y Ali Suárez K, empresario radial fueron hombres que defendieron el medio radial, participaron e idearon nuevos programas y le dieron a la radio una visión clara y precisa. Promocionaron  a los artistas criollos y todo cuanto tuvieron al alcance para que su música se oyera tanto dentro como fuera de las fronteras patrias. Fueron propulsores de los artistas nativos, en una etapa de inquietudes y sueños, en aquella Carora rural donde todo había que improvisarlo.

“Los Trovadores Caroreños” fueron excelentes exponentes de nuestra música, que con sus aportes han hecho posible el desarrollo de nuestra cultura musical fortalecieron y mantuvieron el legado de nuestros antepasados, heredado a las generaciones presentes. El dueto hizo un alto en su camino, al morir Ali, Nelson en su soledad tuvo el coraje de revivir el dueto Los Trovadores Caroreños, esta vez con su hijo Campo Elías y su hija Celica, herederos legítimos de las inmensas cualidades artísticas del viejo camarada Nelson Pérez.

A mediados de la época de los sesenta, Los trovadores Caroreños viven su mejor época, obtienen numerosos premios, se hacen acreedores de la Mara de Oro, prestigioso galardón que se otorga a los más destacados artistas nacionales, graban su primer LP Raudo Vuelo. La Carora Cuatricentenaria lo premia por su gran aporte a la música Caroreña en 1969 con motivo del Cuatricentenario, Nelson Pérez recibe su premio el reconocimiento más prestigioso e importante que alcanza por sus grandes meritos dentro de su terruño querido. Murió el 8 de agost0 de 1988.

   Sus hijos, Campo Elías, Célica y Wiston Pérez, herederos legítimos  de  la tradición musical  caroreña, se supieron granjear la admiración y el respeto de la más existe audiencia larense.  Pero esta es historia reciente de la cual nos ocuparemos más adelante.

sábado, 9 de abril de 2011

LOS HERMANOS CRESPO; MUSICOS PUNTUALES

Los Hermanos Crespo, conformaron un popular dúo musical en los años cincuenta.  Desiderio y Francisco Crespo Riera con un cordaje de guitarras y voces bien afinadas se lanzaron al ruedo en la búsqueda de un sueño.  Sus canciones llenas de reminiscencias y melancolía llegaban a lo más hondo de los corazones enamorados. Fueron hombres muy humildes, pero prodigiosos, reservados, aunque reconocidos, pausados y discretos. Modestos artistas que tenían en su haber un repertorio muy amplio, canciones populares, tangos, valses, pasillos, bambucos, merengues y porros.
Eran músicos muy versátiles, además de cantar bien, voces muy afinadas, virtuosos con sus guitarras de acompañamientos precisos y seguros en las tonalidades, que comunicaban las variantes de sus interpretaciones.  Los Hermanos Crespo se caracterizaron en su época, por ser el Dúo más original de Carora, el más popular en Lara. Desiderio “Yeyo” Crespo Riera, nació el 22 – 12 – 32 y murió el 27 – 03 – 75.  Francisco “El Che” Crespo Riera, nació el 15 – 01 – 34 y murió el 07 – 05 – 98. Hijos de Marcelino Antonio Crespo y Rufa Josefina Riera. Tuvieron 5 hermanos: Teodulfo, Felipe, Silvino, Orangel y Epifanio Antonio. Nacidos en el barrio Torrellas, barrio con rumores de Milonga, cuna de Taitas y cantores, Cándil de mi existencia.

Viejo barrio de alma inquieta, hoy, al evocarte se me escapa un lagrimón, al rodar por tu empedrado, es un beso prolongado que te da mi corazón. Barrio de calles rectas, de casas espaciosas con patios interiores para el Jardín y amplios patios traseros arbolados, de bellos y altos frentes, con molduras en torno al portón de entrada de acceso desde la calle, con espaciosas y abalaustradas ventanas que invitan a los cálidos amaneceres en serenatas, en el casco originario de su formación, las casas, los arrabales como antes se les decía, eran de ver, como desde la más humilde mediagua, sus moradores vestían sus fachadas de alegres y emotivos colores, el barrio Torrellas es más que béisbol, música y gastronomía es fuente pan y vino de artesanos y músicos de formación autodidactas, un colosal mosaico de hombres y mujeres de fe, de auténticos principios y valores, con identidad propia y un efervescente temperamento revolucionario, amantes de sus propias tradiciones.
Allí nacieron, Chelejandro García, Chus Ávila, Feliciano Montes, José Isaías Rojas, Paúl Pereira, Nelson y Campo Elías Pérez, Germán Suárez, Raúl Cordero, Jesús Chure Madrid, Luís Carrasco, Martín Camacho, Jesús Pernalete, Antonio Pernalete, Roberto Ocanto, Graciano Crespo, Antonio José García, Nicanor Graterol, Adelis Sisirucá, Juan de Jota Crespo, Lázaro Herrera, Roso Rojas, Joel Rojas, Salvador Nieves, Froilán Mosquera, Noberto Oropeza, Mario Mendoza, Jesús y Antonio Álvarez, los cobolipes, Oscar  Torres, Luís Álvarez el guapachoso,  Cristo Colmenares, Rafael “Chía” González, Santiago Bravo, Marcos “Chírre” Álvarez, Pedro Argenis Crespo y muchos más que escapan de la memoria, Poetas, Cantores y Guitarreros chupacaña, recios pilares de parnaso artístico del barrio Torrellas, influenciados en su generación por la huella imborrable de grandes maestros, sin más armas que sus voces y guitarras, donde se comenzó a desandar en el mundo de los sonidos, en el llanto de las cuerdas de la mano del guitarrista Rodrigo Riera y de los grandes payadores como lo fueron Rafaelito y Hermógenes Gómez.
Poco a poco nuestros músicos fueron llenando el ambiente con música sentimental, romántica en una armónica conexión con el tango, el vals, el pasillo y el bolero, géneros musicales originarios de países hermanos, que llevaron por el mundo el espíritu apasionado y romancero que caracteriza a los habitantes que vivimos de este lado del planeta.
Su contexto refleja amor, desamor, sentimientos y angustias, herencia de nuestra hispanidad. Un ejemplo de ellos Carlos Gardel, Pedro Vargas, Los Panchos, José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Javier Solís, Los Ángeles Negros, Leo Marini, Julio Jaramillo, Lucho Gatica, Rafa Galindo, Felipe Pirela, hombres que surgieron del propio pueblo, que remontaron con su arte los escenarios más exclusivos del mundo del espectáculo, del mundo musical.
Compositores, músicos y cantantes que no llegaron a pisar un conservatorio, ni conocieron los pentagramas o cualquier otro tipo de transcripciones, no tenían idea de lo que es una fusa. Pero que, gracias a ellos existen memorables canciones inolvidables que fueron sus más geniales creaciones, un ejemplo magistral es el tango “Volver” letra de Gardel y muisca de Lepera, quienes desconocían el arte de escribir partituras. Otro ejemplo, José Alfredo Jiménez quien escribió en una servilleta, en una mesa del Tenampa, eso de que “Amanecí otra vez entre tus brazos y tú, me querías decir No sé que cosa”… lo cierto es que, grandes páginas de nuestra música popular, música de todos los tiempos ha nacido junto a una botella y sin partitura musical.
El barrio Torrellas, junto a Barrio Nuevo, está hermanado, entrelazado en ideales, vínculos de estrecha afinidad, abiertos en su apoyo mutuo a la difusión de sus costumbres, de sus canciones y muy calladamente, en su gran rivalidad beisbolera, que ya se hizo eterna.
Ambos barrios, son destacadísimos miembros de la gran Cofradía Gardeliana de Carora, y ambos participaron, aquí y allá en aquellas inolvidables veladas artísticas que se realizaron hace muchos años atrás en las viejas Tabernas del “Pica Tierra” y “El Rinconcito Arrabalero” donde se les reservaban el derecho de admisión a todos nuestros artistas, y con gran deferencia hacia Rodrigo Riera, Alí Suárez Kaldadas, Ruperto Carrasco, Lolo y Chey Carrasco, Armando Dorantes y al ultimo bohemio; Don Alexis Riera, una especie de Gardel Caroreño, eran nada más y nada menos que los grandes embajadores musicales de Barrio Nuevo, asiduos y consecuentes visitantes del Torrellas, nuestros mejores invitados, nuestros hermanos del alma, del canto, de las serenatas y del brindis.
Como todo, acá siempre les rendimos culto a nuestra hermandad. Así es y así fue siempre. Los Hermanos Crespo, hombres, guitarras y canciones que cobraron vida y alzaron el vuelo. Fueron puntuales, prominentes, una institución abierta e idónea para los avatares de la música popular, donde lamentablemente existe muy poca distribución de sus obras musicales, quizás olvidadas en el baúl de los recursos, dispersas o extraviadas, en el olvido o que se yo, lo cual conlleva al desconocimiento casi  total de esta gran obra. Es una lástima que se nos pierdan en el ingrato olvido aquellas canciones tan inolvidables como: Mamá vieja, Casa de tejas, Llorar llorar, ¿Dónde estará mi negra… “grato es, llorar cuando afligida el alma, no encuentra alivio en su dolor profundo, son las lagrimas jugo misterioso, para calmar las penas en este mundo. Con el profuso aceite de mis lagrimas yo, ablandaré el rigor del cruel destino, “LAMPARILLA”… ardiente de mis ojos, no desmayes jamás en mi camino, no desmayes jamás en mi camino” hombres como estos, hombres del pueblo, del barrio, merecieron y merecen los más sentidos homenajes y reconocimientos. No deben de ser olvidados, ni por nosotros ni por las nuevas generaciones.
La música nunca muere y si tiene el sello de la hermandad, no morirá jamás, su día es cada día, crece en el alma del caroreño; toma los sentidos y estimula la creatividad, con su lenguaje, pasión y razón o sin razón de nuestro amor, llega a lo más profundo, a los más recónditos, lugares del corazón y la mente humana; nuestra música, la canción caroreña es para todos nosotros extraordinaria, indescriptible, es el puente más comprensible para la comunicación entre amigos, entre hermanos. Torrellas y Barrio Nuevo, los Dos, somos un canto a la vida, una Oda a la Alegría.

jueves, 31 de marzo de 2011

LOS HERMANOS GÓMEZ, ETERNOS CANTORES.

Los hermanos Gómez Andueza constituyeron una hermandad de hombres excepcionales, hijos ilustres de la tierra bañada por el Morere, compañeros de armonía que nacieron en el sector del Calvario; fundidos, en la dulce esperanza de la aldea nativa, cuna de escritores, poetas, músicos y trovadores. De principio a fin se estableció un nexo entre los músicos y su público; sus imágenes quedaron gravadas en miles  de seguidores, en algún sentido, los veian como a unos auténticos gurus de la música.
Juntos iban siempre hombre, guitarras y canciones,  hermanados por la sangre y una vocación indeclinable por la música, el ministerioso aliento del arte. Los hermanos Gómez, merecen este homenaje de sinceridad para que las presentes y futuras generaciones descubran en estas extraordinarias voces y guitarras la claridad y el sentimiento de un pueblo hecho de armonía y canto.
Hermógenes Gómez, nació el 19 de Abril de 1918; y Rafaelito Gómez,  el 21 de Febrero de 1923. Hijos de Don  Miguel Gómez y Doña Rafaela Andueza de Gómez, fueron artistas que surgieron de las entrañas mismas de un pueblo, encrucijada  de caminos, de sendas trazadas por el destino de hombres hacedores de sueños plurales y de esfuerzos vigorosos para las grandes obras. Un pueblo que es algo así como la frescura de un abrazo en familia, colmado de bendiciones, cariño y  respeto, donde se aprende y se enseña, se da y se recibe.
Nacieron aquí y aquí se quedarán, salían bajo la condición expresa de un arte y regresaban por que la tierra nativa siempre tuvo para ellos el llamado nostálgico que se les hace a sus hijos más queridos.
Nuestro pueblo sintió en lo más profundo de su corazón aquellas voces maravillosas, con sus canciones y su música más que ninguna otra región, donde se perpetuarón para siempre con el gran espíritu musical de los payadores nativos.
Los hermanos Gómez, fueron los más grandes músicos nacidos en estas tierras, figuras inolvidables, Venezuela entera y el mundo los conocieron muy bien, sus voces, sus guitarras.
Tuvieron el privilegio, el gusto de buscar, en el rico cancionero nuestro, las melodías más hermosas para obsequiar  su mejor regalo de amor.  Ellos eran dueños de una sensibilidad sobrehumana;  anduvieron toda su vida recorriendo, tocando y cantando. Eran los mejores trovadores y para eso habían nacido.
En Radio Barquisimeto hacen su debut  de la mano del  maestro de la guitarra Rodrigo Riera. Sus exitos no se hicieron esperar. Su fama creció como la hierba y una enorme reputación  les acompaño  por siempre; muy bien ganada a base de  talento, de una limpia e  inigualable  ejecución de sus guitarras y el inconfundible tono de sus voces, magistralmente acopladas y con un vasto repertorio del género romántico popular. Conquistaron un mundo y ese mundo se los agradece.    
Grabaron su primer disco, por solicitud de amigos íntimos, en los estudios Laravox del Sr. J. H. Landaun, titulado “Recuerdos del Pasado”; toda una joya musical.  Fue un obsequio para sus amigos más íntimos, una diferencia muy especial para con ellos.
Actuaron en los más prestigiosos escenarios, en radio, teatros y televisión en cuyas presentaciones  actuaron de tú a tú  con los grandes luminarias de la canción tales como Los Panchos, Pedro Vargas, Agustín Lara, Hugo de Carril, Libertad Lamarque, Toña La Negra, Carmen Delia Depini, Leo Marini, Los Churumbeles de España, Daniel Santos, Pedro Infante, Julio Jaramillo, Alfredo Sadel y Mario Suarez,  la crema y nata de los música de la época. Con el sello venezolano Serfaty graban su Larga Duración  titulado “Los Hermanos Gómez”. Después grabaran el  tercero  “Así cantan Los Hermanos Gómez”. Allí están las mas selectas del inmenso repertorio que ellos lograron reunir y cantar durante tantos años de trabajo y  sacrificio hasta que el destino toco con su muerte al más joven de los artistas: Rafaelito. Eso marcó su fin. De su fructífera, breve, pero grandiosa vida musical ganaron los mejores premios y reconocimientos de gran prestigio que eran reservados para las más grandes figuras del mundo artístico de sus grandes momentos. En la Caracas vieja, la Caracas de noches románticas, se recuerdan las del “Pasa Poga”  y el “Roof Garden” sitios emblemáticos por excelencia. Cantaron  en sus amplios y elegantes salones que eran frecuentados por la alta sociedad caraqueña y las personalidades mas conocidos del que hacer político venezolano. La Bohemia trasnochada larense también supo deleitarse con sus emotivas serenatas en noches larenses, con la  melancolía  e ilusión de los enamorados, testigos fieles que vibraron con las actuaciones de sus voces y guitarras en los matices de unos místicos cantores. Jamás  habrá otros como ellos, una hermandad, un dueto que se consagró al arte puro, en alma, corazón y vida. Siempre unidos por un lazo que sólo la muerte pudo romper…

Una tarde melancólica de cielo triste, el 22 de mayo de 1959 morìa el más joven a la temprana edad de 36 años.  Hermógenes siguió sólo en el camino de la vida, en contacto con su público alimentado  por los recuerdos y el valor imponderable de haber integrado el mejor dúo del mundo. Veinte años después, el 24 de diciembre de 1978, muere Hermógenes Gómez Andueza. Esa noche en que nos dejo físicamente comenzó la inmortalidad de los hermanos Gómez, glorias musicales del Estado Lara.
Quedó el testimonio irrevocable de cómo fueron artistas frente a esa gran circunstancia que les tocó vivir, que aún desaparecidos físicamente continúan en contacto con su pueblo haciéndonos vibrar en el espíritu musical que llevamos dentro. Hoy por hoy, sabemos y entendemos con gran orgullo su legado, todo lo que llegaron a poseer, no les perteneció todo se volcó sobre su audiencia, sus admiradores, sus amigos. Sus canciones quedaron para siempre en nuestros recuerdos, en nuestros corazones, cual valiosa joya de un pueblo que jamás olvida a los mejores cantores de alma popular.

martes, 15 de marzo de 2011

EL BEISBOL PLAYERO DE ANTOLOGÍA (Última Parte)

El Beisbol  Playero, atractiva disciplina de arraigo popular que ha sido vanguardia en nuestro ambiente desde hace muchos años, ha ocupado desde entonces un lugar de preferencia entre sus numerosos aficionados, convirtiéndose en el más maravilloso espectáculo, donde se destacaron los más brillantes, los mejores beisbolistas de ayer y de hoy que son las más vivas expresiones de un pueblo que ama al beisbol: Carora.
A principios de los cincuenta, la muchachada Caroreña de todos los barrios jugaban pelota de goma, de calle, otros, en los soleados terrenos cerca del Río Morere nos recreábamos jugando beisbol playero con rústicos bates, hechos por Gualberto Torres, las pelotas de gomas las adquiríamos en las bodegas más famosas del barrio Torrellas y los guantes de lona hechos en casa. A veces se interrumpía aquella diversión infantil porque pronto llegaban los más adultos, a formar una caimanera, entonces nuestro juego terminaba allí, nos íbamos entonces al Morere a bañarnos, otros se quedaban de espectadores trepados en los Yabos o Cujíes de esas playas, que nos servían de Tribunas.
Tiempo después, los aficionados se trasladaron a otro escenario: Estadio La Esperanza, por esa época, una moderna obra deportiva, donde se presenciaban los mejores encuentros con mayor comodidad y se veían en vivo a los mejores peloteros de la época. Allí se realizaron varios campeonatos, el más famoso fue el Jesús Herrera G., con los años aumento el interés por el beisbol en Carora, se construyó el Antonio Herrera Gutiérrez, el más grande de los Estadios que ha tenido esta ciudad. Luego, de cumplirse la iniciativa de los Pioneros, la obra del beisbol continuó con Buenos Aires, Cardenales, Liceo y Torrellas.
Surgieron entonces grandes episodios dignos del mejor beisbol, en 1955 Cardenales se titula Campeón Nacional “AA” en Valencia, único titulo obtenido por el Estado Lara, hasta la fecha, en Junio de 1966 el “Deportivo Carora” puso en alto su nombre al titularse Campeón invicto del beisbol juvenil estadal, el beisbol “AA” fue la Suprema Categoría hasta que la federación lo enterró, aparece entonces el Clase “A” cobrando mayor fuerza al establecer los campeonatos estadales a los cuales acudía una representación de cada Distrito, en octubre de 1977, el Distrito Torres se titula campeón frente a Iribarren, Moran, Jiménez, Palavecino, Urdaneta y Crespo. Torres es el abanderado y como campeón es enviado en representación del Estado Lara al Campeonato Nacional Clase A, en Machiques, Estado Zulia, donde se titula campeones invictos, éstas grandes hazañas hicieron más relevantes las vitorias caroreñas en las diferentes categorías de nuestro beisbol, en toda Venezuela, siendo éstos los galardones más importantes logrados por equipos caroreños, el más grande semillero de peloteros estrellas que ha dado el Estado Lara. Son muchos los años que ha recorrido el beisbol caroreño por las más importantes ciudades de Venezuela, tiempos sobre un camino ya recorrido tantas veces, donde se ha probado dulces momentos de la euforia, de la alegría por nuestros grandes Triunfos y también donde hemos estado rodilla en Tierra, oscuras horas de abatimiento por las derrotas sufridas, todo lo cual nos ha enseñado a seguir adelante. ¡Pa´ lante Che Querales! A menudo aprendemos más de nuestras derrotas que de nuestros triunfos.
De aquella floreciente época del beisbol playero recordamos a unos peloteros que estaban en las postrimerías de sus esplendorosas carreras y otros en los albores de una distinguida trayectoria, que formaron filas en los mejores equipos del beisbol tradicional y algunos que jamás pudieron pisar la verde grama de un estadio, aunque nadie dudaba de su gran calidad de pelotero; nuestras figuras de entonces estaban encabezados por Máximo Pacheco, Santos Vivas, Herbert Hurtado, Ricardo Santeliz, El Pájaro, Víctor Silva, Carlos Santeliz, El Pajarito, Asdrúbal Figueroa, Manuel Campos, Manuel Herrera, Gaudy Crespo, Freddy Lameda, Valmore Carrasco, Wilmer Álvarez, Williams Rojas, Omar Pacheco, Argenis Pérez, Alí García, Carlos Carrasco, Abelardo Gómez, Edgar Montero, Aguedo Silva, Omar Oñate, Pedro José Silva, José Rafael Morón, Pedro (Tabaco) Carrasco, Pedro (Negro) Alvarado, Jesús María Chávez (Chuma), Armando López, Leonardo Torres, Luis Oviedo, Luis Suarez (El Cotorro), Tulio Romero, Hernán Dorantes,  Gilberto (Poética) Hidalgo, Dalmiro Oropeza, Otto Fernández, Jesús Eduardo Ramos (Chulalo), Bartolo Juárez, Negro Porteles, Onésimo Meléndez, Hernán Bastidas, Sérbulo Chávez, Luis Vásquez (Volare), Honorio Mendoza (Cebollón), Víctor y Alirio Cordero, Oswaldo Bastidas, Chucho, Orlando y Beto Juárez, José Pérez (El Cuervo), Orlando (Flaco) Crespo, Ramón Antonio Meléndez, Octavio Carrasco, Gaudy Oropeza, Asdrúbal Morón, Otis Pérez, Said Morón, Chío Riera, Franklin Franco, Ramón Rodríguez, Edgar Carrasco El Camba Carrasco, Ramón Cuicas (Mi Cielo), Flavio Franco, Isidro Torres, David Briceño, Douglas Meléndez, Iván Herrera (El Yankee), Ángel Ramos (El Negro Panchito), Ernesto Pórteles (El Comegente), Freddy Pacheco, Miguel Zambrano, Sergio Rodríguez, Arévalo Infante, Domingo Freitez, José Herrera (El Moro), Carlos Carmona, Giovanni Chaviel, Edward Corobo, Gonzalo Infante, Alirio Mendoza, Luis Piña, Alex Morón, José Solano, Isidro González, Manuel Arévalo, Teolindo Aponte, Omar (May) Pérez, Luis Sisirucá, Orlando Almao,  Eucrelio Terán, Oscar Carrasco, Valmore Carrasco, José A. Almao, Jesús García, Carlos Coronado (El Llorón), Carlos Suarez, Fidelito Quintero, Himaldo Hurtado, Carlos (La Chuca) Sánchez, Gerardo Rodríguez, Carlos (El Zurdo) Verde, Félix Leal, Orlando Mosquera, Marco López, Alirio (Yiyo) Torres, Domingo Rivero, Nane Martínez, Ignacio Gaona, Alí Marchan, Gusmar Torcates, Alberto Meléndez, Alberto Rodríguez, Domingo Rivero, Pedro Adames (El Trabuco), Carlos Alvarado, José Gregorio Alvarado, Orlando López, Boris Castillo, Hermes Gudiño (Gran Reserva), Eduardito Mosquera, Hugo Arroyo, Chicho Mendoza, Manuel y Pino Munelo,  Ramón Antonio Infante, Ángel Alberto Camacho, Edgar Mujica, Ángel Crespo, Omar, Orlando y Alexis Montero, Diego Pérez, Octavio Carrasco, Omar (Man) Oropeza, Leonardo y Tito Oropeza,  Felipe Torbello, Orlando (Venaito) Camacho, Pedro (Pelón) Pereira, Ramón Bastida (El Buho), Rangel Camacho, Luisito Ramos, Henry Mendoza El Merry Cooke, Wilmer Indave, Saúl (La Lluvia) Meléndez, Beto Mogollón, Pedro Meléndez,  Luis Campos (Wicho), Luis Álvarez, Carlos (Tito) Caripa – Pedro Ángel (La Leva) Mendoza, Jorge Infante (Tongolito) Ramón Oñate, Nelson Alvarado y  Ramón Cuicas (Mi Cielo), comienza una nueva era en el beisbol inter – rural, el beisbol playero continúa en el ámbito regional, van naciendo nuevos equipos, nuevos peloteros que tuvieron mucho que ver con este comienzo y desarrollo en nuestra entidad, hace su aparición una divisa que fue bautizada como “Los Rollings Rocks” por el poeta y excelente artista plástico Héctor (Mamadeo) Ávila, el equipo que logro devolver el entusiasmo a sus fanáticos, que alienta a las nuevas figuras estaba conformado por los siguientes peloteros: Nane Martínez (Manager) primera base, Antonio Gallardo 3a Base, Pedro Piña 2a base, Ramón Castro SS, Robert Montes LF, Cirilo Chávez RF, Carlos “Guillo” Tua CF, Edgar Piña Catcher. Los lanzadores eran Luisito Carrasco, Julio Querales, Luis “Cabeza” Figueroa, Jorge Cañizalez, en la reserva dispuesto a echarle un palo cochinero a cualquiera estaban Pablo Martínez, Luis Felipe Montes, Víctor Yepez, Jesús Riera, Ramón Bastidas, Cristóbal Millán Álvarez, Wolfang Leal,  Felipe Mosquera y Orlando (Flaco) Crespo como Coachs, la madrina era Jovita Madrid Castillo, el Trainer, Ramón (Mon el Sordo) Mosquera. Todos recuerdan aquella memorable Victoria, cuando dejaron en el terreno a los “Halcones” en un emotivo juego en la playa Freitez, para titularse Campeones del torneo Copa Martín Polar.

lunes, 7 de marzo de 2011

EL BEISBOL PLAYERO DE ANTOLOGÍA

Según los cronistas deportivos que han investigado hasta la saciedad el origen del béisbol, aseguran que este deporte no lo inventó Nadie… Ha sido difícil encontrar algún inventor en las profundidades del arcano tiempo. La historia antigua nos señala que el hombre desde sus inicios realizó algunos juegos para  divertirse o para celebrar ritos o ceremonias religiosas, estos juegos aparecen en Persia, Egipto y Grecia.  En el siglo XIV, los Aztecas entre sus ritos religiosos practicaban numerosos juegos con pelotas e instrumentos similares al bate del béisbol actual. Al comenzar en siglo XIX en Estados Unidos  mucha gente jugaba Cricket en las ciudades, en cambio  en las zonas rurales se jugaba más el Rounder  que sería el antecedente directo del Béisbol, pues guarda  similitudes con este deporte moderno  que ellos llaman Base Ball.
Para 1904, el industrial Albert Goodwill Spalding,  fabricante de útiles deportivos para jugar béisbol que disfrutaba de ciertas influencias en el alto gobierno, supo aprovecharlas al máximo para oficializar el mito de que el béisbol era un invento genuino  de Estados Unidos, donde involucró a un viejo general de nombre Abner Doubleday en que él invento el béisbol una tarde de verano en 1839 en un terreno desolado de Cooperstown, New York. Todo obedeció a una gran mentira, una gran trama bien combinada de intereses comerciales, disfrazados con la careta del sentir patriotero alimentado por el Sr. Spalding. En el invierno de 1927, este deporte se convirtió en el más emocionante para los aficionados norteamericanos y con el surgimiento de la gran figura del Béisbol Babe Ruth, quien dominaría los siguientes años la escena, convirtiéndose en la primera súper estrella del deporte, un inmortal que se llamó George Herman “Babe” Ruth, quien junto con los Yankees salvaron al Béisbol de los Estados Unidos, siendo ellos las figuras  de mayor popularidad, más que el Presidente de la Unión.
El béisbol surgió en los ritos religiosos, hace cinco mil años. Hablar del béisbol no es fácil, sobre todo porque  es un deporte de opiniones, de las opiniones de sus millones de fanáticos, a través de los tiempos pasados vieron jugar a los mejores peloteros de aquellas épocas y que se complementan en las generaciones de estos tres siglos de béisbol. Por eso, el béisbol es el juego más parecido a la vida: se gana, se tiene suerte en ser afortunado… pero, también se pierde.
En el béisbol nada está por encima del triunfo del equipo, nada hay más reconfortante y sabroso como ganar… ser triunfador en la vida.
Se ha establecido que el béisbol llegó a Venezuela en 1893 y fue en Maracaibo, donde se jugó por primera vez al béisbol.
En 1919 es cuando el béisbol aparece acá en Carora, precisamente antes de mudarse para Barquisimeto “El Impulso”, hablaba escasamente de este novedoso pasatiempo llamado Béisbol, que llegó a Carora para quedarse convirtiéndose en el deporte favorito de los caroreños, introducido en la zona por los doctores Ramón Pompilio Oropeza y Rafael Tobías Marquíz quienes fueron los primeros en adquirir una buena cantidad de guantes, bates, pelotas y otros implementos para practicar béisbol, del almacén “Bazar Americano” de William Phelps. Se realizaron los primeros encuentros amistosos de muy corta duración entre los jóvenes estudiantes del Colegio Federal “La Esperanza”. Al poco tiempo disminuyó notablemente el interés por el béisbol, pero un  sábado 5 de febrero de 1921 cerca de una veintena de jóvenes vistiendo las franelas de rojas y azules deciden con gran fuerza y entusiasmo  retomar las armas para debatir en el terreno, un candeloso encuentro donde se jugaron por primera vez los nueve episodios completos, en el sitio que hoy ocupan las calles Falcón, Contreras y Calvario, a orillas del Río Morere. Fue el primer encuentro organizado que se realizó en Carora  de la mano de Blas Miguel Bello Antíz  quien organizó el béisbol en Carora.  Bello Fue miembro de La Federación de Béisbol, creada el 5 de julio de 1927 después, se fundaron otras novenas tales como Bariquigua, Bombona, Victoria, Sandino, Venezuela, Carabobo y muchos más, que con el tiempo fueron desapareciendo. En 1932 se funda el Buenos Aires BBC, Cardenales BBC. en el 42, Torrellas BBC en el 45 y Liceo BBC en 1946 quienes hasta el sol de hoy, son los pilares fundamentales del Béisbol Tradicional Caroreño.
El 29 de abril de 1945 se efectúa en Carora, el primer Campeonato Oficial de Béisbol, con la participación de los equipos Buenos Aires, Cardenales, Torrellas y Chóferes BBC. El Presidente del Estado Lara General José Rafael Gabaldón, inauguró este magno evento. Los juegos eran los sábados a las dos de la tarde y los domingos  a las nueve de la mañana, se fabricaron tribunas de madera para cobrar un real la entrada, en el primer estadio cercado con adobes conocido como “La Concentración”. En los años cincuenta, Don Antonio Herrera, Pbro. Juan Bautista Pérez Altuna y Domingo Perera con la ayuda del gobierno local construyen el estadio La Esperanza, después al gobierno del Estado construyó el Antonio Herrera Gutiérrez de Carora. Han transcurrido casi cien años desde que el béisbol llegó a Carora y el béisbol caroreño aún pide un sitial en el mundo del espectáculo, donde esperamos tal vez en vano que la liga al menos se ocupen de la realización del Proyecto Social Deportivo, como lo es el Salón de la Fama del béisbol tradicional caroreño, asignarle un lugar apropiado para la sede, donde debe funcionar como se lo merecen los caroreños, es el pedimento que al gobierno local hacemos un numeroso grupo de jóvenes y viejos deportistas de esta ciudad.
Aún un sueño de muchos amantes del béisbol, no esperemos más tiempo para que la apatía que sienten algunos gobernantes hacia el béisbol nos pongan “out por regla” para no ver hecha realidad este importante sueño, templo de los importantes, de muestras viejas glorias fuentes de aguas vivas para las futuras generaciones.
Los años sesenta han sido los mas turbulentos y significativos en la historia moderna de Carora; años de grandes acontecimientos socios-culturales y deportivos, tales como el renacer de la fiebre del béisbol playero de antología, donde figuraron las mejores divisas, peloteros que brillaron con luz propia en los diferentes playas, donde se convirtieron en los mejores prospectos de aquella generación que hicieron historia en el béisbol de más alta calidad, el béisbol tradicional Caroreño, Estadal y Nacional.
Aquellas “Caimaneras”, donde cada uno se interesaba en fabricar su guante de lona, su bate de yabo y su pelota spoling forrada de adhesivo o teipe, de igual calidad pero menos hermosos que aquellos guantes de cuero americano, bates y pelotas Louisville, Rauwlings o Wilson, que lucíamos en aquellos grandes escenarios como lo eran las playas San Félix, La Freitez, El Roble, el Cardonalito y otras más, donde realizábamos los juegos de béisbol, entre sábados y domingos. Allí empezó una historia que no parece tener fin. Los equipos más famosos eran los Indios, Vigilantes, Leones, Inos, San Luís, Juventud Católica, vikingos y Deportivo Carora. A comienzos de los años 70, Jesús Vásquez Romero, periodista deportivo, funda la liga de Béisbol Inter-Rural, ejerciendo la Presidencia por 20 años ininterrumpidamente y con la cual organizaron 40 campeonatos de béisbol playero, donde participaron mas de 20 divisas de la zona rural de todo el distrito Torres, esa liga se destacó por ser en Carora la que mayor y mejor producción de peloteros dio a lo largo de esas décadas, ahí están los mejores peloteros juveniles que vio nacer Carora, el Distrito Torres grandes Campeones Nacionales. Chús Romero ha tenido un legado interesante toda su vida, fundar una liga inter-rural es por sí una gran obra, una gran proeza, por eso y por muchas obras mas, Chus Romero ha inscrito su nombre en la historia del mejor béisbol Caroreño, ahí está, más claro que el sol de Carora cuando no hay nubes.
Como un espejismo profundo alargado en el camino que lontananza se continua recorriendo con la ilusión marcada en la frente, como una estigma representando la herencia que legamos a las nuevas generaciones que al revisar el historial beisbolero de nuestras playas, nos encontramos con una interminable lista de nombres de aquellas grandes figuras, hoy rondando los cincuenta - setenta años de edad, que en su juventud fueron considerados los mejores peloteros de todos los tiempos, en los campeonatos playeros que fueron grandes figuras de los equipos tales como: Deportivo Carora, Campeón Estadal (1966), cuyo propietario  era Germán  Matute, un joven empresario caroreño que le entregó las riendas del equipo al veterano Cesarito Castillo. Royal, El parque Dr. Ricardo Álvarez, Fe y Alegría, Trasandino, Gavilanes, Sandino, Fetratel, Estacionamiento Mejias, Leones de la Corpahuaico, Aerocav, Tiburones del Torrellas, Los Quemados, Deportivo Vargas, Halcones, Ases del Calvario, Atléticos de la Bolívar, Hospital-Clínicas, Pro-Venezuela. El Cardenalito, Bravos  del Egidios Montesinos, Concejo Municipal, Santa Marta, Deportivo Miranda, La Guzmana, Quebrada Arriba, La Pastora, Indios de Aregue y los Rollings Rocks de Maximiliano Martínez Carrasco (Nane) uno de los mejores equipos del béisbol playero, con mayor fanaticada y máximo triunfador quien forma parte como miembro fundador de la liga local Inter-Rural. Fue el equipo ideal, que paso por las manos de Nane Martínez, tan bueno a la defensiva, como en el picheo, y en la ofensiva; es decir, buenísimo en esos tres departamentos. En nuestra próxima crónica estaremos hablando de los mejores peloteros y de los Rollings Rock y de sus peloteros…

domingo, 20 de febrero de 2011

José Romero; As del Ciclismo

La historia del ciclismo caroreño está rodeada de las mejores conquistas del deporte y avaladas por las incansables luchas que durante más de cincuenta años han desplegado los hombres que con su singular brillantez labraron los capítulos más espectaculares de nuestras grandes competencias ciclísticas.
Hoy queremos dejar testimonio que al conjuro de los mejores recuerdos de un José Romero, un Hernán Campos, un Jesús Álvarez (El Cambao), Orlando Pérez, Juan Bautista Pérez, Carlos Pérez, Orlando Yepez, Cristóbal Millán y muchos más que están retirados o aun mantienen ese espectáculo en las Categorías Máster como glorias del ciclismo, que conformaron y aun conforman aquella masa ardiente de atletas caroreños cuya caza de sueños se encuentran en loas distancias del pensamiento vivo y eficaz del pasado, en una época de oro que tuvo un matiz definido en cuanto a los pasos de esfuerzo que desarrollamos por la conquista de una corona, un premio o un hermoso trofeo. Esa era la visión en el corazón deportivo de un atleta, lleno de tensiones, con sus angustias, pesares, alegrías y encantos de una “profesión” que solo la puede entender aquel que la vive, la sueña y la comparte en lo más intimo de su alma, en su maravilloso corazón de ciclista, de atleta de alta competencia. Esa emoción de compartir es indescriptible al observar como las masas del público concentran sus miradas sobre los hechos que le dan vida a un clásico ciclístico, ese mundo, ese universo de los piñones y de las bielas está cargado de esos sentimientos que involucran a toda una fanaticada, a una comunidad en un solo rumbo, en una mirada capaz de levantar los ánimos más escondidos en el corazón de un ser humano. Es como domar las dimensiones al placer de una gran batalla de hombres cuyas únicas herramientas de guerras son dos ruedas, dos piernas y un solo corazón cargado de amor y coraje, condiciones y fuerza armónica en el pedaleo por conquistar la meta anhelada. El crujir de los piñones y de las bielas necesita mirar atrás y atrapar el calor de entrega que existió en los corazones de aquellos atletas que partieron y de los pocos que aun seguimos aquí. El ciclismo caroreño debe seguir adelante, la liga de ciclismo del municipio tiene la orden, la misión de seguir ese largo y tortuoso camino con sus jóvenes triunfadores, esa es la meta. Sobre todo, entendemos que no es cuestión de pasiones, ni de dinero o de creencias absurdas sacar a flote un evento de ciclismo; solo debemos tener confianza, en lo que representa el confiar en pueblo luchador, en su gente, en sus patrocinadores y en un deporte cuya historia nos hace recordar las mejores emociones, las mejores sonrisas y los mejores llantos de sufrimientos para sacarle frutos a la experiencia, con los mejores mensajes, con las esencias de los pioneros, con el aroma de nuestros ancestros y volver nuevamente al romanticismo, añejo y querido por todos. Sólo con esto, bastará para iluminar una vez más el asfalto caroreño.
Son muchas las historias que se pueden palpar en nuestro ciclismo a lo largo de toda una vida, como la vida que soñaron aquellos pioneros: Ángel Ramón Pernaletes, Amatto Concetto y Antonio Perrotta que brindaron sus vidas con el ciclismo, con alto humor.
José Romero formó parte de los inicios de una gran fiesta que recuerda las primeras victorias en el concierto de los grandes clásicos locales, estadales y nacionales del ciclismo, una pasión que nos acompaña siempre, desde aquel día glorioso en que nuestro muchacho, un joven de 18 años de edad, nacido en Rio Tocuyo, debuta en la Liga Ciclística Caroreña, luciendo sus grandes condiciones de rutero, un novato que fue una de las más grandes revelaciones en el ciclismo, a tal punto que el 18 de Julio de 1966, con orgullo y gallardía el ídolo de los aficionados caroreños, pasa a formar filas en el glorioso equipo rojo del Estado Lara en la IV Vuelta Ciclística de Venezuela, con Osman Pulgar en la Dirección Técnica.
Este muchacho, hizo un debut maravilloso e inolvidable, conformó  el equipo campeón dela vuelta, fue electo el Mejor Ciclista Novel de Venezuela por el circulo de cronistas deportivos, ganó la contra-reloj Ospino-Guanare en su 7º etapa, donde se colocó en su pecho el Maillot Tricolor, como líder individual , comandando la clasificación general por varios días. Codeándose con los grandes del ciclismo tales como Félix Bermúdez, Nicolás Reidtler, Fernando Fontes, Luis Villarroel, Santos Bermúdez y Vicente Laguna. En víspera de la etapa más importante para el caroreño Romero, la cual era llegar a Carora como líder vestido Maillot Tricolor en la décima etapa Valera-Carora que fue ganada por Ibrahim Daza, lamentablemente el día anterior, en la novena etapa recorrida entre Boconó-Valera se perdieron las esperanzas y el sueño de José Romero de entrar de líder en su territorio querido, una mala acción de su equipo técnico lo privo de ello. José venia escapado con tres minutos de ventaja sobre sus más cercano perseguidor, cerca de Flor de Patria, tuvo la mala suerte de un pinchazo, lo que lo obligó a esperar la ayuda del motorizado con el tabulador de repuesto, que llegó pero demasiado tarde, en esta espera perdió más de 15 minutos, en definitiva aquí se perdió todo… al día siguiente, con valor y pa’ lante llegó en el octavo puesto comandando el pelotón a la llegada de Carora el 27 de Julio de 1966. El recibimiento fue apoteósico, una gran cantidad de publico plenó las laterales  de la meta, en la Av. Francisco de Miranda, frente a la Plaza Lara. Por la noche, en el auditorio del grupo escolar Ramón Pompilio Oropeza, el presidente de la Liga de Ciclismo del Distrito Torres, Secretario y Tesorero, Amatto Concetto, Ángel Ramón Pernalete y Antonio Perrotta respectivamente, se hizo la entrega de trofeos y premios en una interesante e inolvidable ceremonia.
En acto de justicia, Carora siempre contó con estos magníficos luchadores del ciclismo, que fueron dirigentes que en todo terreno demostraron su clase innata, de envergadura avalada por su larga trayectoria deportiva, forjadores de grandes deportistas, a los cuales les rendimos tributos por su parte, del historial fascinante que se vivió y seguimos viviendo de aquellos mejores momentos, de las mejores conquistas del ciclismo caroreño.
José Romero, el novato de oro que a pesar de todo, al finalizar la IV vuelta ciclística de Venezuela del 18 al 31 de Julio de 1966 ganada por el pedalista del Distrito Federal, Félix Bermúdez, estuvo entre los diez mejores de la clasificación general.
José Romero con el equipo Lara, participó en varias vueltas a Venezuela, cerró filas con el “Droguería Lara” una institución dentro del movimiento ciclístico regional, con su principal mentor el Doctor Eduardo Zubillaga, caroreño de pura cepa, enamorado de tan prestigioso deporte, un gran deportista.
José Romero, gloria del ciclismo Larense, fue uno de los mejores de aquella época allí no había medida para el sacrificio, ni limites para las hazañas, desde el ángulo del esfuerzo, exigencias, coraje y el atrevimiento fue la mejor época del ciclismo de rutas acá en Carora y allá en Barquisimeto. Sin duda alguna.
          Nunca hubo un pedalista como él, habilidoso, inteligente, guapo, escalador que magnificaba las fugas en solitario, que tenia siempre, el olfato del triunfo y la seguridad de sí mismo que le hicieron pasear su innata clase en todo terreno, en su época de oro, en su mejor y debido momento a los que lleno de gloria. Actualmente es un exitoso empresario de productos farmacológicos, gran colaborador del ciclismo, su gran pasión. Sigue siendo un gran caballero, humilde, servicial y generoso de mano abierta para los amigos. Un buen ciudadano que ha marcado huellas transcendental en el libro de oro del ciclismo Larense.    

“El Banquete de la Caridad”

En el hombre, el acto de comer tiene su significado social y cultural, comer, bien, comer refinadamente es un arte dentro de un arte”.
                                                                                       Don Octaviano Herrera.

Cada 27 de mayo en Carora, se celebraba  el Gran Banquete de la Caridad, conocido también como “La Cena de Caridad”. Doña Natalia Andrade  de Herrera y su esposo Don Octaviano Herrera Gutiérrez, los pilares fundamentales de esta gran organización sin fines de lucro. Fue un vital impulso de amor por los humildes y desamparados, que se movían en todos los ámbitos del quehacer del terruño, la ejemplar y noble matrona Doña Natalia en su gran obra de neta acción social y de purísimo y tierno apostolado, que cubrió con ideales generosos de Justicia Social en el bien común cuya finalidad era recaudar fondos para donarlos al hospital San Antonio, a la casa de Asilo de Ancianos, Comedores Populares y las Juntas Benéficas de la ciudad. Una Gran Campaña altruista una jornada más de afirmación y de fe en los ideales que eternizan los pueblos y sus gentes.

Una gran cena que se efectuaba en la víspera del día del prócer General Jacinto Lara, que había nacido un 28 de mayo de 1778, acá en Carora, (Día de Lara); con asistencia de invitados especiales, nutrida representación de los diversos sectores sociales, económicos y eclesiásticos de Carora, Barquisimeto, El Tocuyo, Duaca y Quibor. Personalidades que respondían de esta manera a la intensa campaña de propaganda adelantada en los periódicos “El Diario” y “El Impulso” por doña Natalia, los asistentes muy numerosos, disfrutaban de sanas horas de esparcimientos, gozando de las finas atenciones de los anfitriones de Don Octaviano Herrera y Doña Natalia. Entre los invitados de siempre, destacaban el Gobernador del Estado, el Obispo de la Diócesis y demás personalidades de la banca, el comercio y la Industria regionales. Doña Natalia Andrade Meléndez de Herrera Gutiérrez, nació el Carora el 29 de enero de 1907. Era hija del medico filántropo, Dr. José Luís Andrade Contreras y de la  gentil matrona Doña Sacramento Meléndez González de Andrade y de ellos heredó, sin duda, los dones y las virtudes cristianas que hoy le dan prestigio justiciero a su grata  memoria. Distinguida matrona, dama estrechamente vinculada a apreciables hogares de la sociedad larense, donde dejó hermosos ejemplos ya que fue una mujer de aquilatadas virtudes morales y cristianas, practicó el cristianismo con nobleza de alma, sirviéndole al prójimo en forma desinteresada. Su vida fue ejemplos de virtudes, una vida que se perpetuó en las hermosas obras de acción social que ella emprendió en esta ciudad, como por ejemplo “el Banquete de la Caridad” cuyos aportes sirvieron para mantener al hospital San Antonio y al Asilo de Ancianos gracias a su feliz idea de sostener estos Institutos Asistenciales para que cumplieran un mejor servicio de labor social a toda Carora. Esta actividad estuvo siempre, presidida por doña Natalia y su esposo, también en esta labor, le acompañaban la reverenda Hermana Sor Abigail Andrade Meléndez y demás mujeres de la Congregación de las Hermanas de los Pobres, esta Acción social que se promovía en Carora, Quibor, Duaca, El Tocuyo y Barquisimeto a través de participaciones, invitaciones y avisos de prensa en los Periódicos locales “El Diario” y “El Impulso”.  Carora encontró en esta virtuosa mujer caroreña un guía espiritual de amparo para aliviar el dolor ajeno, las tristes penas del común, junto a ese gran hombre que fue  su esposo. Ambos, habían nacido y vivido para el bien, las familias mas humildes de Carora supieron de la bondad, el cariño y la generosidad de aquellos buenos samaritanos, que en nombre de su Dios confortaban a los enfermos, a los débiles, a los más necesitados, a la gente mas pobre; míticos que amaron mas a los demás que a sus propios yo. Su gran labor social a la cual se entregó, tanto Doña Natalia, como Don Octavio fue un cuerpo y alma, con la pasión y vocación de un Apóstol.

Doña Natalia y don Octavio llegaron a Celebrar su Boda de Oro, junto a sus tres únicas hijas: María Isabel, María Marina, y Carmen Leonor (Nonoy). El Banquete de la Caridad, a la que concurrían las personas invitadas más importantes del Estado Lara. El deleite entraba por la vista.., la celebración del Banquete, era lo fundamental: primero era la recepción, que duraba aproximadamente 45  minutos, los camareros o mozos eran los encargados de ofrecer las bebidas, luego, se presentaba la cena que consistía en una entrada, un plato principal, un plato secundario, postres y servicio de café. La mantelería era inmaculadamente limpia, bien planchada, las vajillas era de porcelana blanca, la cubertería en su sitio correspondiente, por orden de utilización, la cristalería era lisa, sin tallar y sin colores, la copa para el agua, la del vino tinto y la del vino blanco. El protocolo en la celebración era el sello de la distinción. Una vez iniciado el banquete, llegaba el momento cumbre de recibir a los invitados, en el ceremonial Doña Natalia y don Octavio los encargados de recibir a sus invitados. Era habitual que se entrara por pareja al gran salón, siendo los primeros los anfitriones del evento, con ellos y  su atento equipo de trabajo, estaba garantizado el éxito definitivo del magno Banquete de la Caridad, una organización adecuada con decisiones acertadas, determinación por siempre, un ambiente agradable y distendido, donde todos los invitados disfrutaban de ese gran Banquete.
 La exquisita comida y sus apetitosos dulces típicos caroreños era lo máximo. En la cocina hay que vivir el arte, representado en las sazones, colores y aromos. Su excelente presentación  se traduce en una expresión digna de lo Carora pudo ofrecer al principio de  su cocina clásica, tan rica y bien hecha, adaptada a las necesidades y gustos de los caroreños y a los de un a época inolvidable.

Doña Natalia muró el 11 de octubre de 1970.

El Zurdo Gaudy Crespo

Nació en Carora el 27 de agosto de 1949 en el barrio el Trasandino, desde muy temprana edad se dedica al beisbol sus comienzos fue en el equipo infantil del Grupo Escolar Ramón Pompilio Oropeza en aquel famoso y recordado campeonato de los primeros Juegos Inter – Escolares que se realizaron en el Stadium La Esperanza en Julio de 1962, Evento organizado por aquellos maestros de maestros, ejemplos de perseverancia y entrega que merecen todos los reconocimientos, y aplausos por todo lo que entregaron a  la educación, y al deporte; todos ellos demostraron sus innatas clases de dirigente de envergadura, en las décadas de los 60, 70 y 80 hicieron posible la época de oro en la Carora Deportiva, gracias a estos educadores y dirigentes Expedito Cortez, Gerardo Armao, Hernan Prieto, Argenis Graterol,. Eucrelio Terán, Fulvio Torrealba, José Becerra, Francisco Puerta, Cecilio Hernández, Angel Ramón Pernalete. Silvio Perozo, Luis Barrios, Jesús Vásquez Romero Domingo Perera, Pbro, Juan Bautista Pérez Altuna Hernán Dorantes, Eloy Cabrera, Manuel Arevalo, Marco Aurelio Rojas, Luis Rojas, Edgar Montero y muchos más, que toda la vida fueron educadores vinculados a las manifestaciones del servicio público y como canal han utilizado responsablemente el mundo del deporte en todas sus manifestaciones con un gran cúmulo de inquietudes, entusiasmo mística, la cual fue manejada en aquellas décadas con talento, responsabilidad y honestidad al servicio de nuestra comunidad, de una forma amena y refrescante como solo ellos han sabido hacerlo, con su ejemplar enseñanzas de maestros de larga trayectoria, avalados por su gran calidad humana, gente que ama y quiere a su terruño, su gran misión del educadores ligados al acontecer deportivo en especial al béisbol, donde se hicieron merecedores del cariño afecto y el respeto de un pueblo que los quiere por siempre y los lleva en el corazón, en un lugar privilegiado, en el situal de honor donde están los principales protagonista que han construido el templo sagrado del deporte Caroreño.
            En aquella época, los primero juegos inter-escolares fueron fabuloso e inolvidables para quienes participamos por vez primera en un stadium de beisbol, aquello fue lo máximo, un festin en el mundo infantil del beisbol, allí participaron el Grupo Escolar Ramón Pompilio Oropeza, José Herrera Oropeza,  Escuela Morere, Juan Baustista Franco Ezequiel Contreras, Fe y Alegría, Parque Dr. Ricardo Alvarez y la Escuela Artesanal Carora que a la larga fue el Campeón del Torneo, muy de cerca por la Juan Baustista Franco quien obtuvo el sub-campeón dignamente dirigidos por Mickey Camacho y el Profesor Argenis Graterol, en ese torneo el Zurdo Gaudy Crespo obtuvo dos victorias como lanzador, años después ingresa al Liceo Egidio Montesinos donde se destaca como uno de los mejores lanzadores zurdos junto a Freddy Lameda. Luego asiste a los primeros juegos inter-liceistas que se efectúan en Barquisimeto defendiendo los colores del LEM allí obtuvo grandes triunfo  con lanzador frente a grandes rivales de los liceos Lisandro Alvarado, Mario Briceño Iragorry, ETI, Eduardo Blanco del Tocuyo. La actividad a nivel local no se detiene, surgen los juegos interliceistas que aporta importante cuota de peloteros juveniles, se demuestra fehacientemente que se puede jugar beisbol y estudiar a la vez, demostramos que se podía ser figura relevante del beisbol y al mismo tiempo un destacado profesional universitario; el beisbol nunca se acaba, van naciendo nuevas figuras, los veteranos se consolidan, los equipos comienzan a mostrar interés en el desarrollo de nuevas figuras (novatos) que, sustituyan a las que ya comienzan a tocar su retirada, el beisbol avanza a pasos agigantados y la pelota profesional es la meta, esto sirve de estimulo a muchas promesas jóvenes para tener opción a ser firmados y recibir la deseada oportunidad de ser un grandes ligas, esta fue la generación de relevo que se hacia sentir en aquella época.
Gaudy Crespo.  En el año 1966 quedo Campeón Picher juegos ganados con el “Deportivo Carora” en el campeonato estadal de Beisbol juvenil, donde el Deportivo Carora se titulo Campeón invicto dirigidos magistralmente por el veterano Cesarito Castillo del equipo fueron seleccionados los mas destacados: Gaudy Crespo, Manuel Campos, Carlos Alberto Santeliz, Asdrubal Figueroa, Manuel Herrera a participar en el Noveno Campeonato Nacional Juvenil a efectuarse en Barquisimeto con el equipo de “Lara”. Es el debut de Gaudy Crespo en un Nacional Juvenil anteriormente, en el año 1965 el Deportivo Carora, se titulo Campeón en la Zona, y de allí fueron seleccionado sus peloteros, juveniles Freddy Lameda, Carlos Alberto Sánteliz, Víctor Silva, y Himaldo Hurtado para defender los colores del equipo “”Lara” en el octavo Campeonato Nacional Juvenil a realizarse en Caracas el 24 de agosto de 1965 donde Carlos Santeliz quedo Campeón bate y Campeón Jonronero, luego en el Campeonato Nacional Juvenil que se realizó en Barquisimeto del 12 al 24 de agosto de 1966 el Manager Daniel Chino Canónico y su asistente Cesáreo Castillo se encargan del equipo “Lara” que quedo así: Juan Dorante, Pablo Torrealba, Juan Flores, Williams Romero, Elias Durán, Alexis, Silva, Valmore Colmenarez y Gaudy Crespo, Lanzadores, José Largo y Lucidio Ramos, receptores, Carlos Santeliz y Manuel Herrera, Primera Base, Manuel Campos, Asdrubal Figueroa, Régulo Hurtado, Alfredo Rodríguez, César Amaro, infielders, Orlando Piña, Almodio García, Freddy Godoy, Juan José López y Dalmiro colmenares, Jardineros. Un total de 16 equipos estuvieron en la cita Barquisimeto 66, divididos en dos grupos para clasificar tres en cada uno y con estos una vuelta final, donde el equipo de sucre le gano a Lara 4 x 0 para titularse campeón. Cabe destacar la actuación de algunos peloteros de Lara durante el campeonato: Juan Dorantes batió un record al propinarle al Táchira 21 ponches, record en el Amateur que mantenían los lanzadores Martin “Obelisco” Pérez, Simón Saavedra y Cristo Silva. Carlos Alberto Santeliz quedó Campeón Jonronero y Campeón Impulsador, Pablo Torrealba Juan Dorantes y Gaudy Creso fueron los caballos y la consistencia del Picheo. En 1969 se gradúa de Bachiller de la Republica en el L.E.M. promoción “Cuatricentenario de Carora”, ingresa a la Universidad de Los Andes ULA a estudiar ingeniería forestal, participa  en los juegos Universitarios (Juvines) años después abandona sus estudios, comienza a laborar e los diferentes etapas de su vida, en el Central La Pastora, INOS, ENELBAR, Concejo Municipal entre otros. Fue jugador del equipo trasandino y del Liceo en el tradicional beisbol Caroreño, en su carrera como pelotero fue un excelente pícher zurdo con grandes condiciones naturales, con rectas y curvas impresionantes, siempre victorioso que ratificó su calidad de lanzador en todo el estado Lara y dejó marcas extraordinarias en los libritos del beisbol, su constancia y su sentido de superación le da meritos suficientes para reconocerlo como una de las principales figuras del beisbol tórrense.