lunes, 25 de abril de 2011

Los Trovadores Caroreños

Carora ha ostentado siempre como privilegio del cual se enorgullecen sus poblablores el haber dado magníficos exponentes de la música y el canto. Sin remontarnos demasiado hacia el pasado glorioso, bastaría citar solamente algunos que supieron brillar con meritos propios: Rodrigo Riera, Alirio Díaz, Ovelio Riera, Alexis Riera, Ruperto Santana Carrasco, Lolo y Chey Carrasco, Tino Carrasco, Pío Alvarado. Los trovadores Caroreños, los hermanos Crespo, Chemiguel Dorante, Ignacio Ramos Silva, Chus Ávila y Chelejandro García, Los Hermanos Gómez, Marcial López, los primos Pereira, Antonio Celeste, Alonso Zubillaga y José Armando Herrera, los de América, Antonio Mendoza, Tita Rosas, Evaristo Lameda, Rafael González, la Chía, Segundo Ignacio Ramos, Santiago Bravo, Valmore Nieves, Alavaro Álvarez, Alirio Camacaro, Hermes Alvarado, Marco Antonio Ramos Sosa, grupo Kurura, Orfeón Carora y muchos mas que señalaron el camino a las generaciones presentes, quienes son los genuinos cultores de la buena música en todo Carora, en Venezuela y en el mundo. Los trovadores Caroreños, con Nelson Alfredo Pérez y Ali Suárez Kaldas fueron pioneros de las grandes cruzadas artísticas caroreñas más allá del ambiente bohemio provinciano, habiendo logrado en este maravilloso afán, exitosas presentaciones en las ciudades más importantes del país.

Nelson Pérez y Alí Suárez K. hermanados de un mismo corazón, unieron sus voces, sus inspiraciones, sus talentos para recorrer el universo musical vernáculo.  Nelson Pérez fabrico su propia guitarra. Con sus propias manos en la carpintería “La Perla” famoso taller del maestro Sergio Torres, donde aprendió el oficio, junto al catire González, Rafael Castillo y los hijos del maestro Torres, Gabriel y Gualberto Torres.

Nelson Pérez comenzó a pulsar su guitarra bajo la tutela de la connotada guitarrista Modesta Quintero, quien lo encamino por el arte de la música. A comienzo de los anos treinta, Armando Dorantes organiza  una velada musical, en el restaurant “Los Zorroclocos” propiedad de su señora madre Julianita Suárez, allí, entre amigos y compañeros de la bohemia, de las serenatas participaron Epímaco González y el hijo del corista y músico Zabulón Suárez, Ali Suarez K.  Fue el primer encuentro entre estos  dos jóvenes, que poseían el don de unas maravillosas y melodiosas voces. Nelson y Ali se unieron en alma, corazón y vida, conformaron el mas famoso dueto que tuvo Carora en aquella época. Salieron a su primera serenata en el hogar de Don Pablo Evangelista Querales, situado en la calle Libertad entre las esquinas El Japón y La Bacoa, en Barrio Nuevo.

El 21 de Enero de 1932 con motivo de fiestas en la fraternal ciudad de Quibor, en honor a Nuestra Señora de Altagracia, fueron invitados a un encuentro beisbolístico del equipo “Sandino” BBC, quien se enfrentaría al equipo de Quibor, el famoso “Cub Lara” en un amistoso encuentro. Nelson y Ali que también eran muy buenos peloteros formaban parte del equipo local, embajada caroreña que  salio victoriosa y se le ofreció una fraternal recepción en el club deportivo “Pepe Coloma”. Nelson y Ali cantaron varas canciones del repertorio caroreño, ante lo cual el notable músico quiboreño, Maestro Juan Pablo Ceballos, al dirigirse a la gran concurrencia , los bautizo artísticamente como los “ Trovadores Caroreños” ese fue el origen de su denominación. Cabe destacar que Nelson y Ali anos mas tardes fueron peloteros fundadores del equipo Buenos Aires BBC. De regreso a Carora reciben el espaldarazo de Chio Zubillaga, cuyo respaldo y estimulo para los amigos de la cultura y las bellas artes, era altamente reconocido. Con la patente de corso firmada por Chio Zubillaga salieron a darse a conocer artísticamente  para las grandes ciudades, en Maracaibo debutaron en las emisoras locales Ondas del lago y Ecos del Caribe. Luego actuaron en Cabimas, Bachaquero, Tía Juana, lagunillas, Mene Grandes, Los puertos de Altagracia, donde sus actuaciones obtuvieron un grandioso éxito, muy solicitado y aplaudido por el público de la tierra del sol Amada y por la gran masa de Caroreños residentes de esas ciudades donde se desempeñaban en las labores obreras de las petroleras del Zulia. Esa gira fue tan éxito que empresarios zulianos los llevaron para actuar en Colombia, Todo eso fue un espectáculo musical inolvidable. Meses después actuaron en la Capital de la Republica, donde permanecieron casi un año, de continuas actuaciones en las mas prestigiosas emisoras capitalinas, donde tuvieron la oportunidad de conocer a los pioneros de la radiodifusión en Venezuela: Edgar Anzola, Gonzalo Veloz Mancera, Alfredo López, Reinaldo Gómez, Ricardo Espina, Luís Raymon, etc, haciendo grandes amistades con todos ellos, que en futuro venidero les servirían de puente para que Nelson Pérez y Ali Suárez K. incursionaran en el medio radial. Tanto Nelson como Ali obtuvieron sus títulos de locutores, Nelson fue director de Radio Carora y Ali fue propietario de Radio Universo en Barquisimeto, de Radio Acarigua. En el año 1953 Ali Suárez K. y el entonces capitán de Corbeta Ricardo Sosa Ríos, realizaban las primeras gestiones con miras  a instalar una emisora en Barinas, un fatal accidente automovilístico se lleva la vida de Ali Suárez K.

Para 1948, en la creación de Radio Carora a sus estudios acudían el talento vivo que animaba la programación diaria, con duetos, tríos, Solistas y declamadores nativos, Julio J. Montero y Edual Falcón fueron los primeros locutores locales, luego vendrían Toño Zubillaga, Nelson Pérez, Ali Suárez K. y Carlos José González.

El de Abril de 1950, estando Nelson Pérez  como director de la novel emisora local, su compañero y colega Ali Suárez K. asiste como representante  de radio Carora, a la Fundación de la Cámara Venezolana de la Radiodifusión, en la ciudad de Caracas, las 45 emisoras existentes para la época deciden fundar este organismo con miras a orientar y dar mejor impresión a la importante función social que cumple la radiodifusión en el país. La radio Carora, surge pues como expresión de la inquietud de un grupo de hombres visionarios, bajo el patrocinio de Gonzalo González. Sin duda, Nelson Pérez luchador social, Fundador del partido comunista, locutor, músico, compositor y Ali Suárez K, empresario radial fueron hombres que defendieron el medio radial, participaron e idearon nuevos programas y le dieron a la radio una visión clara y precisa. Promocionaron  a los artistas criollos y todo cuanto tuvieron al alcance para que su música se oyera tanto dentro como fuera de las fronteras patrias. Fueron propulsores de los artistas nativos, en una etapa de inquietudes y sueños, en aquella Carora rural donde todo había que improvisarlo.

“Los Trovadores Caroreños” fueron excelentes exponentes de nuestra música, que con sus aportes han hecho posible el desarrollo de nuestra cultura musical fortalecieron y mantuvieron el legado de nuestros antepasados, heredado a las generaciones presentes. El dueto hizo un alto en su camino, al morir Ali, Nelson en su soledad tuvo el coraje de revivir el dueto Los Trovadores Caroreños, esta vez con su hijo Campo Elías y su hija Celica, herederos legítimos de las inmensas cualidades artísticas del viejo camarada Nelson Pérez.

A mediados de la época de los sesenta, Los trovadores Caroreños viven su mejor época, obtienen numerosos premios, se hacen acreedores de la Mara de Oro, prestigioso galardón que se otorga a los más destacados artistas nacionales, graban su primer LP Raudo Vuelo. La Carora Cuatricentenaria lo premia por su gran aporte a la música Caroreña en 1969 con motivo del Cuatricentenario, Nelson Pérez recibe su premio el reconocimiento más prestigioso e importante que alcanza por sus grandes meritos dentro de su terruño querido. Murió el 8 de agost0 de 1988.

   Sus hijos, Campo Elías, Célica y Wiston Pérez, herederos legítimos  de  la tradición musical  caroreña, se supieron granjear la admiración y el respeto de la más existe audiencia larense.  Pero esta es historia reciente de la cual nos ocuparemos más adelante.

sábado, 9 de abril de 2011

LOS HERMANOS CRESPO; MUSICOS PUNTUALES

Los Hermanos Crespo, conformaron un popular dúo musical en los años cincuenta.  Desiderio y Francisco Crespo Riera con un cordaje de guitarras y voces bien afinadas se lanzaron al ruedo en la búsqueda de un sueño.  Sus canciones llenas de reminiscencias y melancolía llegaban a lo más hondo de los corazones enamorados. Fueron hombres muy humildes, pero prodigiosos, reservados, aunque reconocidos, pausados y discretos. Modestos artistas que tenían en su haber un repertorio muy amplio, canciones populares, tangos, valses, pasillos, bambucos, merengues y porros.
Eran músicos muy versátiles, además de cantar bien, voces muy afinadas, virtuosos con sus guitarras de acompañamientos precisos y seguros en las tonalidades, que comunicaban las variantes de sus interpretaciones.  Los Hermanos Crespo se caracterizaron en su época, por ser el Dúo más original de Carora, el más popular en Lara. Desiderio “Yeyo” Crespo Riera, nació el 22 – 12 – 32 y murió el 27 – 03 – 75.  Francisco “El Che” Crespo Riera, nació el 15 – 01 – 34 y murió el 07 – 05 – 98. Hijos de Marcelino Antonio Crespo y Rufa Josefina Riera. Tuvieron 5 hermanos: Teodulfo, Felipe, Silvino, Orangel y Epifanio Antonio. Nacidos en el barrio Torrellas, barrio con rumores de Milonga, cuna de Taitas y cantores, Cándil de mi existencia.

Viejo barrio de alma inquieta, hoy, al evocarte se me escapa un lagrimón, al rodar por tu empedrado, es un beso prolongado que te da mi corazón. Barrio de calles rectas, de casas espaciosas con patios interiores para el Jardín y amplios patios traseros arbolados, de bellos y altos frentes, con molduras en torno al portón de entrada de acceso desde la calle, con espaciosas y abalaustradas ventanas que invitan a los cálidos amaneceres en serenatas, en el casco originario de su formación, las casas, los arrabales como antes se les decía, eran de ver, como desde la más humilde mediagua, sus moradores vestían sus fachadas de alegres y emotivos colores, el barrio Torrellas es más que béisbol, música y gastronomía es fuente pan y vino de artesanos y músicos de formación autodidactas, un colosal mosaico de hombres y mujeres de fe, de auténticos principios y valores, con identidad propia y un efervescente temperamento revolucionario, amantes de sus propias tradiciones.
Allí nacieron, Chelejandro García, Chus Ávila, Feliciano Montes, José Isaías Rojas, Paúl Pereira, Nelson y Campo Elías Pérez, Germán Suárez, Raúl Cordero, Jesús Chure Madrid, Luís Carrasco, Martín Camacho, Jesús Pernalete, Antonio Pernalete, Roberto Ocanto, Graciano Crespo, Antonio José García, Nicanor Graterol, Adelis Sisirucá, Juan de Jota Crespo, Lázaro Herrera, Roso Rojas, Joel Rojas, Salvador Nieves, Froilán Mosquera, Noberto Oropeza, Mario Mendoza, Jesús y Antonio Álvarez, los cobolipes, Oscar  Torres, Luís Álvarez el guapachoso,  Cristo Colmenares, Rafael “Chía” González, Santiago Bravo, Marcos “Chírre” Álvarez, Pedro Argenis Crespo y muchos más que escapan de la memoria, Poetas, Cantores y Guitarreros chupacaña, recios pilares de parnaso artístico del barrio Torrellas, influenciados en su generación por la huella imborrable de grandes maestros, sin más armas que sus voces y guitarras, donde se comenzó a desandar en el mundo de los sonidos, en el llanto de las cuerdas de la mano del guitarrista Rodrigo Riera y de los grandes payadores como lo fueron Rafaelito y Hermógenes Gómez.
Poco a poco nuestros músicos fueron llenando el ambiente con música sentimental, romántica en una armónica conexión con el tango, el vals, el pasillo y el bolero, géneros musicales originarios de países hermanos, que llevaron por el mundo el espíritu apasionado y romancero que caracteriza a los habitantes que vivimos de este lado del planeta.
Su contexto refleja amor, desamor, sentimientos y angustias, herencia de nuestra hispanidad. Un ejemplo de ellos Carlos Gardel, Pedro Vargas, Los Panchos, José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Javier Solís, Los Ángeles Negros, Leo Marini, Julio Jaramillo, Lucho Gatica, Rafa Galindo, Felipe Pirela, hombres que surgieron del propio pueblo, que remontaron con su arte los escenarios más exclusivos del mundo del espectáculo, del mundo musical.
Compositores, músicos y cantantes que no llegaron a pisar un conservatorio, ni conocieron los pentagramas o cualquier otro tipo de transcripciones, no tenían idea de lo que es una fusa. Pero que, gracias a ellos existen memorables canciones inolvidables que fueron sus más geniales creaciones, un ejemplo magistral es el tango “Volver” letra de Gardel y muisca de Lepera, quienes desconocían el arte de escribir partituras. Otro ejemplo, José Alfredo Jiménez quien escribió en una servilleta, en una mesa del Tenampa, eso de que “Amanecí otra vez entre tus brazos y tú, me querías decir No sé que cosa”… lo cierto es que, grandes páginas de nuestra música popular, música de todos los tiempos ha nacido junto a una botella y sin partitura musical.
El barrio Torrellas, junto a Barrio Nuevo, está hermanado, entrelazado en ideales, vínculos de estrecha afinidad, abiertos en su apoyo mutuo a la difusión de sus costumbres, de sus canciones y muy calladamente, en su gran rivalidad beisbolera, que ya se hizo eterna.
Ambos barrios, son destacadísimos miembros de la gran Cofradía Gardeliana de Carora, y ambos participaron, aquí y allá en aquellas inolvidables veladas artísticas que se realizaron hace muchos años atrás en las viejas Tabernas del “Pica Tierra” y “El Rinconcito Arrabalero” donde se les reservaban el derecho de admisión a todos nuestros artistas, y con gran deferencia hacia Rodrigo Riera, Alí Suárez Kaldadas, Ruperto Carrasco, Lolo y Chey Carrasco, Armando Dorantes y al ultimo bohemio; Don Alexis Riera, una especie de Gardel Caroreño, eran nada más y nada menos que los grandes embajadores musicales de Barrio Nuevo, asiduos y consecuentes visitantes del Torrellas, nuestros mejores invitados, nuestros hermanos del alma, del canto, de las serenatas y del brindis.
Como todo, acá siempre les rendimos culto a nuestra hermandad. Así es y así fue siempre. Los Hermanos Crespo, hombres, guitarras y canciones que cobraron vida y alzaron el vuelo. Fueron puntuales, prominentes, una institución abierta e idónea para los avatares de la música popular, donde lamentablemente existe muy poca distribución de sus obras musicales, quizás olvidadas en el baúl de los recursos, dispersas o extraviadas, en el olvido o que se yo, lo cual conlleva al desconocimiento casi  total de esta gran obra. Es una lástima que se nos pierdan en el ingrato olvido aquellas canciones tan inolvidables como: Mamá vieja, Casa de tejas, Llorar llorar, ¿Dónde estará mi negra… “grato es, llorar cuando afligida el alma, no encuentra alivio en su dolor profundo, son las lagrimas jugo misterioso, para calmar las penas en este mundo. Con el profuso aceite de mis lagrimas yo, ablandaré el rigor del cruel destino, “LAMPARILLA”… ardiente de mis ojos, no desmayes jamás en mi camino, no desmayes jamás en mi camino” hombres como estos, hombres del pueblo, del barrio, merecieron y merecen los más sentidos homenajes y reconocimientos. No deben de ser olvidados, ni por nosotros ni por las nuevas generaciones.
La música nunca muere y si tiene el sello de la hermandad, no morirá jamás, su día es cada día, crece en el alma del caroreño; toma los sentidos y estimula la creatividad, con su lenguaje, pasión y razón o sin razón de nuestro amor, llega a lo más profundo, a los más recónditos, lugares del corazón y la mente humana; nuestra música, la canción caroreña es para todos nosotros extraordinaria, indescriptible, es el puente más comprensible para la comunicación entre amigos, entre hermanos. Torrellas y Barrio Nuevo, los Dos, somos un canto a la vida, una Oda a la Alegría.